Quizá una de las preguntas más cautivantes es: ¿cómo será la
Internet del futuro?
Esta consulta tiene profundas implicaciones que no son
solamente tecnológicas. Afecta sin duda a la manera como concebimos y
desarrollamos la educación, la comunicación humana y en general, todos los
procesos sociales, económicos y culturales de nuestro tiempo. Muchos de los
protocolos y servicios que marcaron la evolución de Internet, han seguido transformándose.
Los protocolos TCP y UDP se van mejorando, y sistemas como SCTP integran las
mejores características de ambos para ofrecer servicios rápidos sin conexión,
pero con control y recuperación de errores. El direccionamiento de los nodos de
red que se hacía con 24 bits en el protocolo TCP/IP versión 4 se está
reemplazando paulatinamente por el llamado IPv6, que tiene 128 bits para
identificar a los equipos de las redes. Este protocolo -además de ofrecer un
direccionamiento prácticamente infinito-, ofrece soluciones para cualquier tipo
de ambiente ya sea móvil o fijo, a la par de mecanismos de seguridad integrados,
de los que carecía el protocolo TCP/IP original. La versión más reciente de
HTML es la 5, preparada para servicios multimedia y recursos de búsquedas e
interacción más sofisticados, que son la base de la siguiente generación de
servicios llamados “Web 3.0” o red semántica.
Cuando hablamos de un medio de comunicación global que
facilita estas tareas informativas, económicas, de negocios y lúdicas realmente
nos referimos a un instrumento que incorpora múltiples componentes y que
trasciende el ser un medio de comunicación para convertirse en un instrumento
humanizador y creador de cultura. Retomando ideas de Leiner, Cerf, Clark y
otros [LEINER, Cerf, Clark, Kahn et. al. The Past and Future History of the Internet. 1997. Communications of the
ACM. USA. Vol 40. No. 2] “... el problema de perfilar el futuro de
Internet no está en determinar la forma como cambiará la tecnología, sino en
cómo el proceso de transformación en sí será llevado a cabo”. Para muchas
personas, hablar de la red de redes o la autopista de información en Internet
es sinónimo de expectativas y problemáticas. Estas pueden situarse en un amplio
espectro: desde el uso de los recursos para comunicación interpersonal o
descarga de archivos, hasta aquellas que tienen que ver con la seguridad, la
privacidad de la información o la confidencialidad de los datos.
La popularidad de las redes sociales y de los sistemas
basados en servicios de la Web 2.0 (a través de los cuales cualquier persona
puede publicar contenidos en Internet de manera sencilla y rápida), sin duda
plantea retos y riesgos a los cuales no nos enfrentamos antes. Nunca en la
historia de la humanidad las personas estuvieron tan cerca virtualmente unas de
otras, ni con las elevadas capacidades de acceso a fuentes diversas de
información, por medio de múltiples alternativas y servicios. Muchos emplean a
la computadora para conectarse a la red, pero otros lo hacen por medio del
teléfono celular inteligente o su tableta, en centros comunitarios y sitios
públicos, desde el avión o en una plaza comercial.
En la última década del
siglo anterior se anunció el fin de las comunicaciones fijas para situarnos en
los sistemas móviles... ahora se habla de incrementar tanto la velocidad de
tráfico como la multiplicidad de experiencias sensoriales y de interfaces con
la red. Estas interfaces están basadas en la voz, en movimiento o en gestos de
la persona. Igualmente, la computación distribuida en el modelo de nube
ofrece sistemas que están dispersos en múltiples centros de datos y que aseguran
con ello una elevada disponibilidad y seguridad de primer nivel, lo cual
permite que las personas y las empresas se mantengan prácticamente en línea de
manera ininterrumpida.
Es posible que sigan existiendo varios problemas, como la diseminación
de programas y virus dañinos, la escasez de ancho de banda suficiente para el
tráfico incremental, así como la llamada brecha digital que separa no
solamente a los países y sociedades. Esto afecta también a diferentes
generaciones humanas que viven en un mismo contexto temporal y están
diferenciadas no por su edad, sino por las capacidades y uso que hacen de los
modernos artefactos tecnológicos.
Al ser un medio abierto a las expresiones y manifestaciones
de cultura, activismo y reflexión, ciertos gobiernos podrían promover
restricciones importantes sobre su uso.
Los nuevos desarrollos en interfaces
avanzadas, computación autonómica, sistemas informáticos domésticos de alto
rendimiento, interfaces sensibles a contexto y manejo de agentes móviles
integrados plantearán contextos innovadores para el desenvolvimiento personal y
social. Toca a los educadores y a los padres de familia orientar a las nuevas
generaciones para que no se conviertan meramente en unos adictos tecnológicos dejando
de lado la riqueza del contacto personal y la experiencia sensorial del otro.
La tecnología deberá ser utilizada tanto cuanto apoye los fines del crecimiento
humano.
Indudablemente, investigaciones y esfuerzos como los del
Media Lab del MIT, [ver la web http://www.media.mit.edu/] los movimientos de
software abierto (en particular el que se enfoca en aplicaciones educativas) [ver
http://www.osef.org/] así como los proyectos de creación colaborativa en las
artes, la ciencia, o la cultura colaborativas definirán no solo cómo se van a
crear los nuevos servicios sino cuáles deberán ser aquellos que enriquezcan el
repertorio de medios que pueden emplearse en distintos campos de la actividad humana
(particularmente y por supuesto, el de la educación).
Si se quisiera hablar del
futuro de la red, posiblemente la mejor forma establecerla es con la frase de
los mapas antiguos, que ante todo es una invitación para asomarnos al futuro:
Terra Incognita.
Leia precisamente hace unos dias acerca de la teletransportacion cuantica, que dentro de las primeras aplicaciones estarian las relacionadas a la internet que nos llevaria a mejorar la potencia la velocidad y hasta la seguridad.
ResponderBorrarA proposito de tu articulo de hace poco mas de un año, ya existe esta ventana al cambio.