La bancarrota del
gigante de las comunicaciones Avaya, ocurrida un día antes de la
toma de protesta de Trump en Estados Unidos y eclipsada de los medios
por esta razón, sin duda es un hecho trascendente para los servicios
de tecnología y comunicaciones a nivel mundial. La gran base
instalada de sistemas de esta empresa en todo el mundo abarca todo
tipo de conmutadores, tecnología para call centers (una de sus áreas
de negocio que trataron desesperadamente de vender durante 2016 para
mitigar el riesgo), participación en varias empresas de medios y
telefonía, así como el soporte a grandes cadenas hoteleras o
servicios gubernamentales.
En contraste con la
caída de Novell hace varios años, al no aprovechar el nicho de
mercado que tuvo la compañía para realizar el desarrollo y
adquisiciones de empresas de hardware que complementaran su exitoso
sistema operativo de red Netware (recordemos que su tarjeta NE2000
fue el estándar para nodos y servidores, y que los controladores de
otros fabricantes se producían para ser compatibles con ella); en el
caso de Avaya la situación es inversa: la empresa se ha enfocado en
el desarrollo y venta de su hardware (sólido, actualizado, pero
caro) y dejó de lado el enfoque hacia los servicios que es hacia
donde se encamina el contexto tecnológico actual.
Cuando Novell no consolidó la oportunidad para producir hardware, dejó la puerta
abierta a marcas como Cisco, HP, 3Com, Cabletron… que tomaron el
mercado y con tiempo o varias fusiones entre ellas dominaron el
entorno hasta la fecha. Cisco por ejemplo es un líder indiscutible
del mercado de las telecomunicaciones y en el rubro de telefonía es
un competidor formidable para Avaya, junto con Alcatel, Panasonic
quienes también está en el mapa de alternativas y otros
competidores de renombre. Un denominador común es que el hardware de
estos sistemas es caro, y que si hace falta activar nuevas
capacidades o añadir elementos (equipos, tarjetas, etc.) esto viene
asociado además con un costo por licenciamiento.
Anteriormente hemos
hablado de telefonía IP abierta basada en sistemas Linux como
Asterisk, y sin duda las empresas que ofrecemos estos recursos
tenemos ahora una oportunidad precisamente en el servicio, el soporte
y la asesoría a empresas que buscan comunicaciones telefónicas
(sean domésticas, de oficina o de call centers) con organizaciones
que tengan una permanencia de largo plazo y sobre todo que se
enfoquen en el servicio.
Cuando se
desarrollan proyectos con Libre Office (en reemplazo de la suite de
oficina ya conocida), cuando implantamos plataformas de formación y
capacitación con Moodle, telefonía con Asterisk, portales y
servidores virtuales basados en Linux, Apache y PostgreSQL, o
sistemas CRM abiertos, los clientes muchas veces preguntan por el
costo de licenciamiento y se asombran cuando les decimos que es CERO.
Realmente lo que gana una empresa que integra en su cartera estos
sistemas es precisamente el soporte, la capacitación, la consultoría
y mantenimiento, en suma: los servicios.
Por el lado del
hardware, su evolución lo ha llevado a ser altamente confiable, así
que muchas de las tecnologías mencionadas operan perfectamente con
servidores, tabletas, laptops, etc., de todas las marcas o bien como
hemos dicho antes: se tiene la opción de utilizar hardware muy
sofisticado que reemplaza en muchas funciones a los sistemas
tradicionales o bien los complementan exitosamente en muchos rubros.
Están en la mesa
equipos como Raspberry que es realmente una computadora en la palma
de la mano que puede usarse tanto para fines educativos como a manera
de servidor para proyectos específicos. El sistema Arduino que
equivale a un poderoso controlador programable abierto con el cual
pueden hacerse una gran multitud de proyectos en control, robótica,
domótica, etc., los conmutadores telefónicos o PBX que reemplazan a
una fracción del costo a sistemas como el mismo Avaya mencionado y
que ofrecen un servicio telefónico robusto para las empresas, y
mucha alternativas más.
No estamos afirmando
que las marcas comerciales sean deficientes, al contrario. Su talento
empresarial y técnico las vuelve sólidas opciones. El punto es que
hay muchas y crecientes alternativas que ofrecen un altísimo
porcentaje de las mismas capacidades por un precio ostensiblemente
más bajo, y eso en tiempo de ajustes económicos es un factor de
peso en las decisión de compra de las organizaciones.
La bancarrota de
Avaya fue precedida de movimientos empresariales en aras de
configurar empresas más eficaces, como HP que se separó en dos (sus
declaraciones fueron que para ser más óptimos) y muchos casos más.
Muchos de esos ajustes y adquisiciones todavía no tienen resultados
evaluables.
Este año será
crucial no solamente por la paridad con el dólar sino por el
proteccionismo casi dictatorial que tendrán las empresas
estadounidenses. Tendrán menos agilidad para responder al medio al
grado tal como se especula, muchas han cancelado inversiones que
tenían programadas fuera de Estados Unidos, a fin de realizarlas en
aquél país. Esto abre la puerta a otras marcas más ágiles y menos
sometidas a los vaivenes políticos, y por supuesto ancladas en
soluciones abiertas de la industria que han ganado un terreno
tecnológico y una confiabilidad impresionante.
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