El Pensamiento de
Diseño es ante todo un enfoque, un estilo creativo que centra la
conceptualización y la experiencia del destinatario o usuario final
de un producto o servicio. Se puede aplicar cuando es necesario
mejorar un servicio o un producto, atendiendo a las necesidades
funcionales o requisitos de quien lo va a utilizar. Si bien sigue un
procedimiento sistemático que involucra tanto herramientas
analíticas como sintéticas , varía forma de utilizarlas para
organizar y comprender los requerimientos de un cliente -o usuario-
con una intención creativa y de incorporación de las notas
distintivas necesarias.
Este enfoque procede
de las escuelas de diseño y tiene su origen a mediados de la década
de los sesenta, en donde comenzó la tendencia de crear -recursos
físicos, espacios, casas, objetos o productos- atendiendo a las
especificaciones requeridas para su uso, más que a criterios
estéticos, uso de materiales o facilidad de producción. Con el paso
del tiempo la teoría y diversos recursos para llevarla a la práctica
se fueron expandiendo y encontraron eco en otros campos, hasta que en
la década de los ochenta comenzó a utilizarse en las escuelas de
administración. Esto brindó una respuesta a los paradigmas clásicos
que se empleaban para la gestión empresarial y la planeación
estratégica y ha venido a detonar una ola pensamiento fresco,
maleable y dinámico que es más propio del estadio actual técnico,
social y económico.
Por ejemplo, todavía
se sigue enfocando la formación de futuros administradores, y la
práctica de gerentes en funciones para que cometan los mínimos
errores, haciéndolos analizar cifras y hechos del pasado, basándose
en la premisa de que el futuro es repetible y que las condiciones
registradas dan certeza para las decisiones al suponer que volverán
a presentarse las condiciones históricas. Si bien disponemos de
instrumentos analíticos como las Cadenas de Markov (que intentan
predecir el estado de un sistema basándose en la condición
inmediata anterior y no en todo un registro de hechos históricos),
nuestro mundo de competencia y aceleración de los ciclos de
negocios, aunados al rápido avance tecnológico define un medio poco
predictivo, multifactorial y en algunos casos hasta con
comportamiento caótico. Quizá ya es hora de usar otras
herramientas, además de modificar el uso de las actuales.
Los recursos como
diagramas, mapas conceptuales, estados financieros, gráficas,
ecuaciones, causa-efecto, Pareto y muchos más siguen siendo útiles,
pero su contexto ha quedado restringido. Ahora es necesario
incorporar datos e información del medio a través de técnicas
inspiradas en el tratamiento de Big Data (grandes datos, que como
afirmamos en otro artículo se caracterizan por su Variedad,
Velocidad y Volumen), así como en el establecimiento de una manera
creativa, antropocéntrica, incluyente y dinámica para tomar
decisiones de gestión empresarial. Estas tratan de brindar
respuestas consistentes ante un medio evolutivo, acelerado,
hiperconectado y pleno de variables .
Esta transformación
va acompañada con recursos complementarios como las narrativas
(stroytelling) a fin dimensionar los cambios que se van
diseñar/crear, el mapeo de tendencias para ayudar a la
predictibilidad del entorno o la creación de prototipos, que se ha
vuelto un método fundamental del Design Thinking. Un prototipo en un
modelo funcional restringido que los miembros de una empresa o de un
equipo de trabajo -así como los futuros usuarios- pueden usar para
validar las propiedades que tendrá la versión del sistema. Hay
muchas más herramientas y recomendaciones para su práctica, que
comentaremos posteriormente.